Miranda 04/04/2009 - 01

EL CORREO


ESTADO Y JUNTA APUESTAN POR UNA ROTTNEROS QUE DEJE LA PRODUCCION DE PASTA EN DOS AÑOS

Superado este periodo de transición, se incorporarían a la zona que ocupa la planta «entre 2 y 4 proyectos» de nuevas tecnologías
04.04.09 -

Estado y Junta apuestan por una Rottneros que deje la producción de pasta en dos años
Trabajadores de Rottneros Miranda cortaron ayer durante media hora la carretera N-1 lo que derivó en retenciones de varios kilómetros. / AVELINO GÓMEZ
Dilación de las administraciones, malestar creciente en la plantilla y desconocimiento de la dirección actual. Son las tres situaciones que hoy confluyen sin hallar respuesta a la gran pregunta: ¿Qué va a pasar con Rottneros? Los márgenes temporales caen uno tras otro sin que termine de clarificarse la situación. Y el temor a un movimiento irreversible desde Suecia va ganando terreno. La reunión de las administraciones estatal y autonómica con los dos potenciales inversores ha dejado sólo una conclusión: más tarde o más temprano, la industria de la carretera Logroño tendrá que abandonar la producción actual de pasta de papel.
De hecho, Estado y Juan apuestan ya por uno de los «escenarios de futuro posibles» a los que se refirió el pasado martes el director regional de Industria, Carlos Martín Tobalina. El siguiente: Rottneros afrontaría un periodo transitorio de «18 a 24 meses» en el que continuaría con su actividad actual. Vencido ese plazo «se incorporarían en la zona que hoy ocupa la planta, entre dos y cuatro proyectos industriales de menor calado», explicó Francisco González.
Ni que decir tiene que la opción disgusta entre el colectivo de trabajadores. El motivo es obvio: el recorte en la plantilla sería significativo (se interpreta que de sólo serían necesarios 120 empleados de los 250 actuales). Por tanto, quedaría invalidado de facto el acuerdo social cerrado con Rottneros AB -40 bajas, trabajar 80 horas más al año y hacerlo en cinco turnos y no en cuatro-. «La opción que están barajando se apoya en unos informes de la propia Junta y el Ministerio de Industria. Queremos conocer de primera mano por qué esos informes descartan de una manera tan concluyente seguir con la pasta». Con ellos sobre la mesa se buscarán argumentos para rebatirlos «o nos rendiremos a la evidencia».
Pero todo el proceso se encuentra aún en fase incipiente. Lo demuestra el hecho de que Rottneros AB no ha entrado aún a formar parte en esas negociaciones a tres bandas. La aparición de los dos potenciales inversores, ambos centrados en la producción de nuevas tecnologías, ha abierto una puerta que todavía no se ha invitado a cruzar a la multinacional sueca. «Nosotros consideramos que tendría que ser una pata más en todas esas negociaciones. Pero de momento las administraciones no han trasladado absolutamente nada a la empresa».
Sin pistas
La multinacional desconoce, por tanto, si habrá o no líneas de financiación. La plantilla tampoco ha recibido ninguna pista concreta sobre si se verá obligada a ahondar en su plan social. Tampoco se conoce la naturaleza jurídica que tendrán los inversores ni si compartirán el accionariado con la central de Suecia o si, por el contrario, asumirán todo el peso. Demasiadas incógnitas para un proceso negociador al que se dio un plazo casi definitivo (el 1 de abril) pero que comienza a revelarse como elástico.
De confirmarse el escenario 'oficial' los trabajadores de Rottneros tendrán que afrontar un periodo de formación para asumir la nueva actividad productiva. Pero cabe cuestionarse también cuál sería el efecto que esa nueva vía tendría en los 90 trabajadores de subcontratas o en los alrededor de 200 empleos indirectos que hoy se generan en torno a la papelera. «No sabemos todavía si se incorporarían a ese proyecto». Los informes que el comité de empresa solicitará a la Junta el lunes podrían despejar varias cuestiones.
Se da prioridad a una situación concreta de viabilidad; hay tres más en el cajón y una cuarta -la más temible- tendría carácter irreversible: la apertura de un proceso concursal por parte de Rottneros AB. Pero los trabajadores están convencidos que si con unos niveles de inversión «mínimos» la planta sería viable desarrollando su actividad actual», con un plan social «aún lo sería más». Interpretan, en definitiva, que no se ha profundizado lo suficiente en vías de solución que no alteren en esencia el mercado al que puede seguir dirigiéndose.
Por ello, desde el comité se habla ya de una nueva opción; sería el sexto escenario. Se traduciría en que los propios trabajadores «sacáramos adelante la planta» (una especie de Sociedad Anónima Laboral) con la inyección de dinero público planteada. En este punto la horquilla que se ha abierto en el último mes es excesivamente amplia; requeriría mayor concreción. Y es que el comité comenzó hablando de alrededor de 8 millones de euros. La multinacional, por su parte, tiró más de largo y se posicionó en los cerca de 19. «Pero ésta es una vía que aún la tenemos sin explorar», puntualizó González.