Miranda 07/04/2009 - 01
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7 de abril de 2009
Ayer se concentraron en el parque Antonio Machado y la salida de un tren Alvia en Miranda como medida de protesta
Los trabajadores de Rottneros externalizan su lucha en todos los frentes para acaparar la atención mediática y sumar fuerzas a su causa
Los trabajadores y trabajadoras de Rottneros en Miranda de Ebro (Burgos) siguen intensificando sus protestas en su afán por preservar el empleo en esta factoría mirandesa. Ayer, en una jornada frenética de movilizaciones, algo más de 200 personas entre integrantes de la plantilla de la planta mirandesa y afines se dedicaron a acaparar la atención mediática con el objetivo de sumar fuerzas a su causa.
Por la mañana llevaron a cabo una concentración en el céntrico parque mirandés de Antonio Machado, mientras que por la tarde retrasaron la salida de un tren Alvia alrededor de veinte minutos. Los hechos se produjeron hacia las 18:30 horas en la vía 4 de la estación mirandesa. La acción retrasó el horario de este tren rápido procedente de Bilbao con destino a Madrid-Chamartín. La protesta se desarrolló de forma pacífica y se disolvió en los mismos términos. No hubo incidentes.Pero estas acciones reivindicativas ya tuvieron el pasado el viernes día 3 de abril el pistoletazo de salida al cortar la carretera N-1 a la entrada de la ciudad mirandesa. Esta acción supuso un entremés de cara a la asamblea que tuvo lugar por la tarde con una nutrida asistencia de trabajadores y trabajadores. En ella se expuso el contenido de las entrevistas habidas en Madrid y Valladolid con los responsables del Ministerio de Industria y de la Junta.
La respuesta del director general de Industria de la Junta, Carlos Martín Tobalina no fue nada halagüeña a tenor de los dos informes técnicos. “Según éstos, no tiene futuro la fábrica de pasta”. Y ese soporte documental es el que, en principio, sirve a las administraciones para respaldar un proyecto con dos inversores ajenos que consiste en lo siguiente: un periodo de transición de 18 a 24 meses en los que se mantendría la actual actividad; desembarco en los terrenos de la papelera para construir una nueva nave que se dedicaría a la producción de nuevas tecnologías (I+D+i) y, simultáneamente, explotación y refuerzo de la industria de envases Silvipack por parte de otro grupo inversor.
Con este panorama la plantilla tendría que reconvertirse a las nuevas actividades. Pero no se precisa si se aceptaría el plan social ya pactado con la multinacional sueca ni cuántos empleados serían necesarios en ese nuevo escenario de futuro. A todo ello se sumó otro factor de desconfianza entre los trabajadores. La Junta se negó ayer a facilitar, “por tener carácter confidencial”, los informes que descartan la viabilidad de la pasta.
Francisco González, presidente del comité de empresa, planteó asimismo que se ha solicitado a Junta y Gobierno estatal que transmita a la corporación sueca una carta de intenciones respecto a la fábrica de Miranda. Y es que entienden que si el principal problema del grupo estaba en la necesidad de financiación, el retraso en las respuestas puede llegar a precipitar el cierre. “Se está dilatando en el tiempo en exceso”. Es más, no dudó en plantear que “puede existir una especie de conjura para que los activos de la empresa se diluyan”.
Según explicó González, la factoría de la carretera Logroño dispone de maquinaria muy sensible que no puede permanecer parada durante mucho tiempo. “Y no es lo mismo comprar ahora que en un concurso de acreedores. Lo mismo sucede con los terrenos. Si quieren ampliar el polígono de Iricio no es igual comprar ahora que en ese concurso de acreedores”. Insinúan, por tanto, que se buscaría precipitar el cierre para que los potenciales compradores tuvieran mejores condiciones en la operación. “En febrero no dijeron en la Junta que se iba a poner una solución para la fábrica de pasta. Hasta el momento los pasos que se han dado han ido en una dirección contraria”, añadió González.
El posible paso a una especie de Sociedad Anónima Laboral, planteado como una vía alternativa, para seguir produciendo pasta, fue ayer algo más perfilado por el presidente del comité: “No pedimos ayudas porque sí. Queremos que las subvenciones a la inversión se culminen con más facilidad, que se acorten los plazos para que sean abonadas. También que haya líneas de crédito. Además hay un plan de jubilaciones legislado”. A esas ayudas, la plantilla sumaría sus “activos propios; nuestras indemnizaciones. Podríamos aportar capital. Pero es nuestra última vía, es una vía posible, pero es la última”, zanjó.