Miranda 21/12/2008 - 01
D BURGOS -
UNAS NAVIDADES DIFERENTES
Unas Navidades diferentes
Mientras las familias se preparan para festejar en los últimos días del año, un grupo de personas también disfruta del espíritu de las fiestas desde sus puestos de trabajo
Flavia Vecino / Miranda
Las Navidades resultan uno de los momentos más esperados del año para todos. Desde los niños que aguardan con ilusión la llegada de los mágicos obsequios que traerá Papá Noel en su saco, hasta los adultos que ansían encontrarse con sus seres queridos.
Así, mientras muchas personas se encuentran preparando el menú festivo y en los hogares reina eses espíritu inconfundible de la Navidad, un grupo de mirandeses y mirandesas estarán expectantes y velando por la seguridad ciudadana cumpliendo con su trabajo.
Desde los bomberos hasta los cuerpos de seguridad, pasando por el personal sanitario, hasta otras áreas relacionadas con el ocio como la hostelería, todos forman parte del grupo de trabajadores que deberán cumplir con sus obligaciones al tiempo que la gran mayoría de los ciudadanos brinda y sueña con un 2009 mucho mejor y más equitativo.
Ante todo, seguridad
Nada mejor que sentirse seguros en las Navidades y saber que la policía estará patrullando la ciudad con personal de refuerzo. En la Nochebuena habrá, por parte de la policía local, un mínimo de dos o tres patrullas de noche y la misma cantidad de la policía nacional, según informan desde el Área de Seguridad Ciudadana.
A diferencia de otras ciudades, Miranda no es un sitio que tenga problemas de seguridad, y es por ello que los oficiales buscan «mediar» ante los posibles conflictos que pudieran surgir en estas épocas.
Junto con las fuerzas de seguridad, el Parque de bomberos tendrá el mismo retén de intervenciones. «Nuestro trabajo no disminuye por tratarse de las fiestas, en el Parque habrá gente las veinticuatro horas y en Navidad trabajarán cinco personas», explica José Ángel Amo, jefe de bomberos de Miranda.
En las áreas vinculadas a la protección ciudadana, las previsiones de trabajo son un tanto similares tanto en las fiestas como en el resto del año. «Incluso en la noche de Navidad hasta es más tranquila que otras noches del año», asegura Amo.
Está claro que además de esa vocación de servicio, todos quisieran pasar las fiestas en compañía de los afectos pero los bomberos persiguen hace muchos años una bonita tradición que pretende llevar ese espíritu navideño al lugar de trabajo.
«En el Parque buscamos que la Navidad se viva como un día especial, se reciben visitas en el Parque y se busca generar un ambiente más familiar. Además, en días festivos como estos se cocina en grupos y se hace algo especial y los bomberos se lucen porque son buenos cocineros.
fiestas en alerta
En unos días como los que se avecinan la sala de operaciones de Emergencias 112 se refuerza con un mayor número de gestores de llamadas. Ese incremento de llamadas se produce por un aumento en los desplazamientos en las carreteras y por consiguiente, de los accidentes de tráfico, de las averías o de las solicitudes de ayuda por parte de los conductores.
En cuanto a las llamadas que se atienden en estos días, en Nochebuena y Navidad, predominan las solicitudes de asistencia sanitaria por problemas de indigestión, por reagudizamiento de enfermedades, sobre todo en ancianos, y por intoxicaciones etílicas. También, y aunque no sea muy navideño, por discusiones familiares.
Aunque a pesar del trabajo, hay algún momento para compartir y es por ello que tanto en la Nochebuena, como en la Nochevieja se prepara un refrigerio para la gente que está trabajando en la sala, a muchos de los cuales la comida, les coincide trabajando.
Algo parecido sucede en los últimos días del año con el personal del Hospital Comarcal Santiago Apóstol.
El 24, 25 y 31 de diciembre y el día 1 de enero, un total de ocho facultativos estarán presentes al frente de sus puestos de trabajo, junto con otros cinco que se encontrarán de guardia localizada.
Además de los facultativos, trabajarán 48 enfermeroscon otros 40 auxiliares, una matrona y 10 técnicos especialistas, aparte de los celadores y del personal de admisión en urgencias.
Más allá del trabajo, lo cierto es que las Navidades en los hospitales suelen ser especiales y se intenta compartir ese espíritu con los ingresados y también con los familiares a los que les toca el duro trance de pasar esa noche allí.
también el ocio
Tras los dos últimos meses donde se ha sentido la crísis, la hostelería de Miranda tiene puestas sus expectativas en la semana de fiestas. Para el sector, el incremento de trabajo es muy grande, aunque existe una recesión en relación a la misma fecha del año pasado.
A pesar de todo, «tenemos la esperanza de que ese bajón que se ha producido por la crisis se atenúe en estos dos últimos fines de semana y con el cotillón», desea Diego Andrade, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de Miranda, quien agrega que la gente «sale igual, cena con amigos o con su empresa.
Al parecer, los mirandeses y las mirandesas han decidido enfrentar la adversidad «y para ello hemos preparado una buena oferta con las dos discotecas. De algún modo buscamos cubrir esa oferta de ocio», dice.
Mientras las familias se reúnen en torno a una mesa, los hosteleros deben trabajar. «Llevo diez años sin poder disfrutar de la Nochebuena en familia y sí que es cierto que se añora un poco peor compartir pero de algún modo hay más días para festejar y te debes a este trabajo. Está claro que a los que tienen hijos les cuesta más estar fuera de casa en Navidad», asegura.
Tener trabajo es una suerte de bendición para Andrade. «Estábamos esperando la campaña de Navidad para poder salir del paso», sostiene.
unas fiestas con crisis
Las Navidades serán diferentes seguramente para los trabajadores de dos de las empresas más emblemáticas de Miranda y que en estas Navidades no tendrán actividad.
Ebro Puleva ha vendido la azucarera de la ciudad, aunque la factoría local ha sesado desde hace una semana su actividad por la falta de remolacha, aunque también ha presentado un ERE.
El caso de Rottneros es bien diferente, puesto que por segunda vez en su historia, la primera fue en 1993, la fábrica estará parada y sin producción en estas Navidades, todo un símbolo de los efectos de la crisis que afecta a los trabajadores de Miranda.