Miranda 08/02/2009 - 01
D BURGOS -
Industria / Nueva víctima de la crisis económica
ROTTNEROS PLANEA EL CIERRE DEFINITIVO DE SU FABRICA ESTE MISMO MES
Rottneros planea el cierre definitivo de su fábrica este mismo mes
La clausura afecta a 159 trabajadores directos y a un centenar de empresas subcontratadas
La dimensión de la fábrica obligó en los años 60 a construir enfrente un poblado residencial para los trabajadores.
Ángel Ayala
G.A.T. / Miranda de Ebro
Sin paños calientes. Rottneros, la fábrica más grande de la ciudad, con 159 trabajadores en la actualidad y que da empleo a muchos otros (se calcula que a al menos 100) de empresas auxiliares, echará el cierre de manera inminente. Así lo ha trasladado la dirección de la multinacional papelera sueca a la plantilla de su factoría mirandesa. Este mismo mes de febrero se tomará la decisión definitiva sobre el futuro, que a día de hoy, y en un 95% de posibilidades, desembocará en el cierre de la planta. Sólo un 5% de se deja para una remotísima posibilidad: el que la compañía logre el apoyo económico necesario para mantener la actividad o que sea comprada (está en venta desde junio).
La crisis es, también en este caso, el argumento principal para echar un cierre, que aunque ya sobrevolaba las cabezas de los trabajadores, se creía una posibilidad remota, pero que finalmente parece ser la única salida. ‘Los suecos’, nombre con el que los trabajadores de la fábrica de la carretera de Logroño llaman de manera coloquial al Consejo de Administración, trasladaron en la tarde del viernes la noticia a la representación sindical. Ayer, la noticia corría por la ciudad «como un mazazo», reconocía uno de los trabajadores.
«En febrero se tomará la decisión definitiva sobre el futuro de la fábrica, y con bastantes posibilidades, será el cierre», confirmó ayer mismo a DB el director de la planta, Gregorio Martín, aclarando que «la decisión no se ha tomado ya de manera definitiva», aunque asumiendo que las cosas pintan mal, «lo que ha causado gran preocupación entre los trabajadores, y a mí mismo», reconocía.
En la argumentación de la multinacional para la clausura de la fábrica dedicada a la producción de pasta de celulosa hay varias cuestiones. Por un lado los malos resultados económicos que arrastra, con 6,8 millones de euros de pérdidas el año pasado, y un ritmo de un millón de euros más por cada mes que pasa. Además se pone sobre la mesa que «el mercado se ha derrumbado, tanto en los consumos como en los precios», habiéndose pasado de vender del orden de 12.000 toneladas al mes a apenas 2.000.
Otro punto está en que la marcha del grupo Rottneros (con otras dos grandes fábricas, tras el cierre en 2008 de la de Utansjö, en Suecia) no es bueno, por lo que se argumenta que no puede asumir las grandes pérdidas de la factoría mirandesa. Desde la dirección se explica que se ha buscado el soporte financiero para no llegar al cierre, pero «los bancos no prestan dinero para seguir funcionando».
Indefensión
Desde el Comité de Empresa no se entiende que una empresa que ha tenido desde 1999 (cuando la compró) 50 millones de euros de beneficios, plantee el cierre al encontrarse un año de pérdidas, y recuerda que las inversiones hechas estos años (28-30 millones) han sido para mejoras ambientales obligatorias, «ninguna para mejorar los equipos de producción» para hacer la planta más competitiva. Además denuncia la «indefensión» en la que se encuentran ya que Rottneros «amenaza con no tener siquiera dinero para pagar las indemnizaciones que nos pudieran corresponder», por ello piden «ayuda» a las administraciones para evitar «una situación de emergencia en Miranda con una cantidad de parados inasumible», al afectar igualmente a decenas de empresas auxiliares subcontratadas.
«Como una bomba»
Mientras, algunos trabajadores consultados por DB no esconden su desesperación. «La situación es muy mala, nunca esperas que se vaya a cerrar del todo aunque la situación era mala». La noticia «cayó como una bomba» entre los empleados, «te puedes imaginar las caras largas de todos, la gente no sabía muy bien qué hacer, cómo actuar», comenta un trabajador.
«La razón que nos dan es que no hay dinero, ni la empresa, ni el socio... y parece ser que los bancos no están por la labor de conceder más crédito», apunta un operario, que como muchos ya hablan de posibles movilizaciones ante la más que posible clausura de la actividad, «para ver qué se puede hacer, ver qué indemnizaciones, qué se puede conseguir para salir lo más airosos posible de la situación».
Una situación complicada, ya que las salidas para los trabajadores son prácticamente nulas dentro del grupo porque el resto de las factorías están en Suecia, y en Miranda, aunque Rottneros ha abierto una nueva planta de fabricación de envases para alimentos de celulosa bajo el nombre de SilviPak, se trata de un centro de producción muy automatizado que apenas generará a pleno rendimiento 30 empleos y cuya continuidad tampoco está garantizada.
La reconversión de la fábrica es otra opción remota, al ser una planta vieja y cuya transformación de fábrica de pasta a otro tipo de producto requeriría una nueva inversión que es improbable.