Miranda 01/04/2009 - 01
EL CORREOEL OBJETIVO ES QUE LA PLANTA SIGA ECHANDO HUMO POR LA CHIMENEA
La plantilla ve con incertidumbre la salida a una crisis que según pasa el tiempo les va pesando más
01.04.09 -
El buen ambiente y el ánimo volvieron a presidir la segunda marcha hasta Valladolid de los trabajadores de Rottneros, aunque en algunos de ellos el cansancio empiece hacer mella después de tres meses de inactividad. La incertidumbre no es buena compañera de viaje.
«Cada vez el tiempo es peor. Hay mucha gente que se está viniendo abajo, es entendible. Por eso, nosotros nos estamos juntando varias veces a la semana para animarnos a nosotros mismos», porque todos tienen un objetivo común muy claro y definido: «echar humo por la chimenea», recalcó Miguel Gómez, con 10 años de vida laboral ligados a una planta en la que también trabajan dos hermanos suyos.
«Si perdiéramos esa ilusión estaríamos perdiendo la carrera y el tramo final es el más importante, el decisivo, Veo a gente con ganas de luchar», incidió.
Así lo han demostrado con la firma de un pacto social en el que renuncian a derechos conseguidos en «muchos años de negociaciones».
Lo sabe bien Salvador Hernández, con 39 años como empleado fijo de la papelera. Tiene 63 y antes de entrar en esta situación de crisis ya estaba pensando en prejubilarse,. Quiere disfrutar de su tiempo libre, pero tiene claro que luchará hasta el final con el resto de sus compañeros para que la planta siga operativa, aunque reconoce que no recuerda haber vivido etapas tan complicadas.
Tiene claro que está en una situación privilegiada, lo que no significa que no perciba la incertidumbre con preocupación. «Aquí trabaja mucha gente joven. Yo tengo tres hijas y no me gustaría verlas así», recalcó.
También entra en el grupo de los prejubilables, José Mari Landazuri, que con casi 59 años y 22 en esa actividad ve con preocupación la falta de una solución, porque cada vez los días se hacen más largos. «Con una vida laboral larga encontrarte con el dilema de que te puedes quedar con pensión baja, es una gran incertidumbre», valoró.
Con mayor temor si cabe vive el posible desenlace Jesús Fernández. Le quedan muchos años por trabajar antes de llegar a la jubilación. Tiene 37 años y con 6 fijo en plantilla su indemnización por despido «vale dos pesetas y media». Su única opción pasa porque la actividad continúe. «Tal y como están las cosas, con esta edad no hace 4 días que has acabado de estudiar y no tienen la movilidad geográfica que tenías hace 10 años. Es muy complicado», reconoció.
Todos ellos viven la situación con preocupación y seriedad, pero tratando de buscar los buenos ratos. Ayer así lo demostraron en una concentración en la que un centenar de personas además de evidenciar su rechazo al cierre de la planta y de hacer sonar sus silbatos insistentemente a las puertas de la Consejería de Economía y Empleo, también dieron cuenta de un copioso almuerzo. Esta vez tampoco faltó de nada. Había numerosas tortillas de patata, queso, chorizo, huevos con pimientos, bizcocho, tarta de chocolate... y, por supuesto, vino y pacharán casero.